Prueba

Mis manos tiemblan, sudan la predecible confusión de los humanos corrientes. En mi conciencia, como un eco eterno proveniente de tumbas mundanas, retumban los secos latidos del corazón al borde del colapso. La sala se hace invisible. El piano resuena en destellos lejanos. Los artefactos parecen desvanecerse y retomar su búsqueda de inmortalidad. La vieja casa campestre rodeada de viñas, paltos y un cielo yermo escindido por blancas cimas de cristal aborda un plano virgen, lejos de mi y de mi causa. Así, permanezco estático, atado al momento y a la desesperación. Ese lapso ínfimo se vuelve perpetuo. Es una prueba, sí, un examen que me hipnotiza y lanza al vacío, a la nada. Me vuelco al espacio del ego y no logro salir.

¿Qué tipo de prueba es esta?

Cierro los ojos e intento dejar ese espacio mental. Veo oscuridad, veo luces, veo de todo, veo recuerdos fuertes, veo amores, desamores, misterios y lazos de familia. Veo lo corriente, lo normal. Pero no logro vislumbrar siquiera un ápice de ese resplandlor maravilloso que me libere. Y sigo ahí, erguido frente a ese hombre y esa espada entre sus manos.

Maldito miedo.

Perro

Voy por la carretera. Un perro se atraviesa, es apenas un cachorro. No tengo nada que hacer, voy a más de 140. El cemento esta húmedo. Si trato de esquivarlo, me vuelco y muero. Luego del estruendo detengo el auto. La capota y el vidrio delantero quedaron manchados, recubiertos por entrañas de animal. Pobre perro, quedó destrozado. Es un quiltro, qué digo!, era un quiltro negro con matices rojizos. De lejos parecía un pastor alemán. Cuando pequeño tuve uno de esos en la parcela de mi abuelo. Lo visitaba cada verano, cada invierno y los fines de semana que mis padres me enviaban al campo. Salíamos a recorrer los cerros juntos y vivíamos aventuras. Los días que llegaba a la parcela él me estaba esperando, sus ojos brillaban y su cola danzaba por el aire. Era como si llorara de alegría y como si supiera que yo vendría. Pero sabía que sería una alegría pasajera. Pues ya pronto me iría, me marcharía a la ciudad y lo dejaría triste, sin sus aventuras, sin sus salidas nocturas de caza. Mi abuelo me decía: él sabe cuando vienes y cuando tienes que marcharte. Cómo si fuera más que un perro, un ente fantástico con poderes sobrenaturales. O quizás sólo poderers inentendibles para nosotros, los homo sapiens. Siempre me pregunté si su ámbito de inteligencia abarcaba ese tipo de percepción y a veces me reprochaba no ser como él, pues nunca pude escuchar mi intuición.

Las vísceras están repartidas por todas partes. Piso algo demasiado gelatinoso para ser una piedra -oh!- es un ojo. La planta de mi zapato quedó repleta de un líquido blanquecino, incoloro. Me acuerdo de las gelatinas que comía cuando niño, sólo que esta no es de frambuesa, ni de naranja, sino de cristales de ojo. Es imposible tratar de juntarlo, prácticamente explotó por el impacto. El hedor comienza a esparcirse por el ambiente. Unos pájaros se acercan, siento gemidos. Unos arbustos se mueven al otro lado de la vía, pero no logro visualizar lo que es. El bosque es muy frondoso. Tengo miedo. Corro despavorido al auto. Una espesa neblina empieza a descender rápidamente y me arrolla desprevenido. Tiemblo, el motor no arranca, siento que estoy en una película de terror. Deben ser las entrañas del pobre animal, ojalá que no se haya dañado el motor, no tengo idea de mecánica. Para mi consuelo los gemidos eran de otro perro que se acercó con la cabeza gacha a oler los restos del cachorro. Era un quiltro también, pero con aspecto de labrador. Debe ser uno de los padres -pensé-.

El sonido de las luces intermitentes se hace un estruendo. A cada momento se acelera y se detiene. Veo por el espejo retrovisor, el animal mira el auto, los ojitos le brillan tal como a Max. Pobre Max, a venido desde la tumba a visitarme y a suplicarme por aventruas. Como amaba a ese perro. Unas lágrimas recorren mis mejillas. Debo irme, debo partir, debo escapar de esta locura. El pánico es insoportable. Hace mucho frío, la neblina ha espesado demasiado. Enciendo la calefacción y un olor asqueroso a muerte entra por las rendijas. Es casi insoportable, siento espasmos, arcadas. Quiero huir pero no puedo, el auto no arranca. Este auto de mierda -dije-. Golpeo el manubrio con ira. Por favor!, arranca!, arranca!…

El verso desnudo

Te escribo verso desnudo
con recelo y misterio
pues tu camino ha estrechado fronteras
y no podemos caer, seguir cayendo
no se a dónde, quizás a la oscuridad de la nada

En español o en cualquier otro
las letras no son suficientes
pues a cada frase se colma mi interior con ires y venires
con desdicha y placebos con sabor a canción
pues no basta una gaviota alada
ni una página de mi memoria
para pensarte
en tu mar de poesía
verso desnudo

Gracias pequeña niña
iluminaste mi amanecer
quizás fue muy tarde, quizás es muy tarde
pero abriste mi silencio
y mi infinito
en medio de mi despertar, cuando te vi

Cada noche cuando sueño
no pierdo nada, las lagrimas no caen vacías
pues escribo, una vez más, un pequeño verso desnudo.

La voz imprecisa

Se lo dijo con una voz tímida e indecisa y ella no dudó en besarlo toda la noche. Luego fueron a dormir. Él yacía intacto, silente, como una estatua, igual como lo vio en la mañana, ni siquiera barba le había crecido. Entonces consagró las horas a mirar el cielo y ver su propio reflejo en la ventana. No logró cerrar una pestaña, así que observó la luna como circulaba por el cielo abierto y trasladó todas sus esperanzas a encontrar una respuesta satisfactoria.

-Pero, ¿cómo me ama?- pensaba. Se decía a si misma que eso era suficiente, que ahora por fin sería feliz, porque él la amaba, tal como lo dijo.  Pasaron miles de ovejas por su frente. Pero no lograba saciar su vista y cerrar sus ojos, pues seguía preguntándose.

Tal vez me ama con esa pasión desgarradora y fulminante que destruye todo a su paso, con ese antojo infernal que desea por sobretodo el cuerpo y la lujuria. Donde se pierde en mi sexo y en mi piel mansa cada vez que me toca, cada vez que siente mi silueta.

O quizás me ama con ese amor indolente, que hiere, que duele, pues castiga cada error con frialdad y desden dictatorial, pues soy su esclava y su propiedad. Soy parte de su territorio animal y sólo la muerte podrá liberarme.

Tal vez me ama con ese amor protector. Jamás dejaría que alguien me hiciera daño, pues él siempre ha estado ahí, junto a mí, desde que tengo memoria y razón. Siempre ha sido la estrella que guía mis aventuras y baja esas alucinaciones astrales a la tierra, al mundo de la razón y de los hombres.

O como el amor de mariposas, que vuelan juntas en su andar mágico. Que se entrelazan como dos ráfagas luminosas para permanecer en un espacio irreal donde los colores llenan el mundo y el aliento de la primavera plasma el espacio de rosas y cielo azul.

A lo mejor le gusta mi intelecto, sí, porque el andar comunicacional abunda. Pues llevamos siglos conversando cada uno de esos temas, desglosando argumentos en miles de palabras y en cientos de segundos. Es el desafío, sí, es el desafío.

Quizás sólo le gusta mi compañía, pues advierte las garantías de mi cocina y las ganancias de mis caricias. Porque sin mi es la mitad de uno, o apenas un cuarto de si mismo. Ni siquiera podría encontrar las llaves del departamento.

¿Y si no entiende de amor? Tal vez fue la guerra, que lo ha dejado a maltraer. Y ya se le olvidó lo que significa esa palabra ¿Y si soy yo la que no entiende de amor?

Shy

I write to shine, so others can see me in the crowd
I write to be in front of you, so we can be equal in the corridor
I write to make you smile, think and cry, so others can understand me through your eyes
I write to drain my soul, so the entire human kind can forgive my sins and purify my spirit
I write to deliver and succeed, so we can climb together the Olympus
I write so you can hear my voice, for the first time
I write to escape from those demons, who would shoot me down
I write to stop being afraid and trust my skills
I write to be invisible, so I can stop making mistakes…

¿Cómo ser?

Hoy me desperté pensando otra vez en esos sueños, entre el letargo de la mañana y el frío del aire acondicionado que caía sobre mi rostro. Después de algunos momentos de pereza, sentí un remezón sobre mi cuerpo, eran mis pies, un tanto adoloridos por las largas caminatas de los últimos días. Los canales y callecitas de la ciudad son un buen anzuelo para la somnolencia y la introspección. Debe ser la fuerza del agua que se asoma en tu espíritu y revuelve todo por dentro, atravesando hasta los más inclementes corazones. Luego de algunas horas, seguí pensando en ti y en esos sueños, fue un episodio desgarrador, nunca había llegado a tal extremo. Sinceramente, en el último tiempo sólo me dediqué a deambular como un idiota.

Esta conciencia y sus sueños es lo más auténtico que he vivido en los últimos días. Hubo instantes en mi pasado con un filo destructor, donde verdaderamente puedo decir que se partió mi corazón, dónde perdí mi alma y también algunas partes del cuerpo. Pero esta vez ha sido distinto, ha sido un despertar más profundo, que termina inequívocamente en una sola pregunta: ¿Cómo ser?

He vivido muchas fantasías, cruzado fronteras por mis sueños y gozado totalmente lo que he entendido hasta ahora como el logro y la satisfacción, algo así como encaramarse hasta lo más alto de esa escalera multicolor que es la vida, donde he puesto fuerzas y conquistado algunas pequeñas cumbres. Observar hacia abajo luego de un largo camino, entrega gran regocijo y omnipotencia. A veces quizás un poco de arrogancia, pero por sobre todo mucha sabiduría. Luego de tantos viajes, tanta paciencia, enredos, iras, amores, ruidos, tragedias y alegrías, no puedo decir que soy feliz.

Me espanta un poco la naturaleza de esta interrogante. Me recuerdo de un gran amigo que una vez me dijo “tu destruyes todas tus posibilidades de ser verdaderamente feliz”. Me asusta, sí, porque como siempre, las verdades están más cerca de lo que uno imagina, más cerca de lo que llamamos felicidad y más cerca de uno mismo de lo que queremos creer…

para A.P

America

Te extraño América
extraño tus frutos sagrados y los terrenos baldíos
tu gente y su calor hermoso

Te extraño América
extraño tu sueños de libertad y esa bandera multicolor
que acaricia el cielo límpido y une gentíos

Te extraño América
extraño tus ojos negros que miran inocentes
con cariño, sí, con ese cariño desgarrador que sólo se encuentra en América

Te extraño América,
extraño tu rostro de futuro y tus sonrisas
me sonrojan tus sonrisas
me conmueve tu futuro
me anima tu rostro lejano

Te extraño América,
extraño el silencio de tus océanos y la tempestad del invierno
que te rodean de imágenes de antaño
y de kilómetros de kilómetros de sinfonías románticas

Te extraño América,
extraño tu piel morena y las inclemencias del sol
que mantienen los campos fecundos
como si la primavera fuera eterna

Te extraño América,
extraño tu amor y tus guerras
extraño como me tocaste y curtiste mi carácter
extraño como soy, porque soy gracias a ti
te extraño junto a mi…

Bonn reloaded

For the ones who leave footsteps in the sand and don’t need to lose weight…

I miss you telling me all your wise advice, calling me h* (no, It’s not horny pony) and of course, giving me the HR perspective that could save me from an eventual nuclear cataclysm. But let’s go to the important subjects: carrying furniture around, cleaning the house and reviewing my resume would do enough.
PS: Don’t forget to bring me home before 10 am (and please, last time we go to Cologne).

I miss your patience, your smiles and your loyalty. Friendships are not for granted, of course, but sometimes you really need to dig under the snow to find the bonds that hold the trees together. Those lie deep under water, close to the center of the Planet. You even have to burn yourself, like the phoenix, to rebirth and realize that they are just mirrors.
Plus, who would be the CEO of my very first and own idiotic enterprise? (which will be opening and recruiting very soon). No one would care more than you.

I miss you listening; indeed, listening is a quality, a TALENT many of us don’t have. Listening is learning, listening is hugging, listening is music. When I say many, I mean many and they know who they are. There is plenty of grass to cut in my garden; I hope you have time to drive me there. By the way, it’s about time you start playing the guitar again, so turn on the haut-parleurs, get the hoovering done and let’s go to the bakery.

I miss you looking at me with your silence, cooking and understanding. Some people have great skills, but yours are a never-ending story. I don’t want to guess more about it, the stars could get upset at me once again and I just signed a non-disclosure agreement, in JavaScript, can you believe that?. But, let’s review the cooking part. My belly still has loads of space to grow. It’s some sort of expansive entity like the Universe. Anyway, it’s enough for me with your protection.

I miss you not-understanding me, what else could I get from you? I know: a soup. I heard you make the best soups in town. I also heard you love to wake up early in the morning and see the fog in the street. Perhaps that’s a tiny piece of what I have never noticed, your wide compromise and solidarity. So, next time we see us I will iron my shirts so I can learn a bit about all that.

I miss you playing the guitar. Sure, not for me, but for everyone. I cannot wait for the glamour and the red carpet. It’s hard being so famous, isn’t it?. I also miss your tolerance and your moods. I guess that’s something else I’ve forgotten to learn lately. But what I definitely don’t want to leave behind is your perseverance. That’s the north oracle we many times forget to find.

I have finally discovered why you are good friends with me and why I admire you so much. It is not because of your enormous patience… well, may be a bit, my own stupidity sometimes goes far beyond my own imagination, which is quite rich and open (how weird that sounds?). It’s simply, because of the rain. The rain cleans the air, melts the snow and feed the ground for new beginnings. I am lucky It rains so much in Bonn, so I can spread the sand again on the road of my life and try to follow your footsteps before It’s too late…

I love palabras

Sin palabras sería escaso, ambiguo, inútil.
Sin palabras estallaría cada murmullo y balbuceo de mi boca
Sin palabras tendría que recurrir a ti con tus ojitos dulces
y a la voz de primavera

Sin palabras estaría descalzo, falto de orgullo
Sin palabras estaría reacio al amor y a su intachable porvenir
Sin palabras no llegaría a ninguna esquina, ni a la botica de la esquina
y me quedaría sentado mirando el horizonte

Sin palabras no tendría como tocarte
Sin palabras no sabría como amarte
Sin palabras no entendería como quererte
y olvidaría la diferencia entre el viento, las hojas y el rocío

Sin palabras me olvidaría de ti y tú de mi
Sin palabras no habría conflicto que mediar, ni media por disputar
Sin palabras no seríamos hermanos y nos batiríamos en las sombras, lejos del tiempo
Sin palabras abrigaría el yugo agreste de la violencia desesperada
y palparía cada silueta con mis ojos de sonrisa

Sin palabras no sería yo, sino otro
otro que se esconde bajo la voz de primavera…