Hoy me desperté con fiebre, tenía casi 40 grados, me ardían las venas y pies, la saliva corría por mi cuello queriendo refrescar un poco el cuerpo cansado, pero apenas bajaba se evaporaba para terminar en las paredes, haciendo un moho desagradable.
Luego de un par de horas de demencia logre cesar los estertores un poco y caer en la cordura, pero ya era muy tarde, había empezado la maldita metamorfosis, los pelos crecían en cada rincón de mi cuerpo, mis brazos se expandían y me crecían unos pequeños colmillos en mi boca. Mis orejas se agudizaron tanto que oía casi todos los vecinos y sentía sus movimientos alrededor mío, sobre todo el niño del piso de arriba, que no paraba de saltar sobre su cama. Entonces no pude más, me dolían los tímpanos y salí volando por la ventana.
Era casi media noche, cuando me encontré comiendo en medio del parque, había sangre por todos lados y mi estomago se había inflado, pero nada importaba, el hambre era más fuerte, tan fuerte que me hacía rasgar las entrañas del animal que tenía entre mis manos.
Luego de un rato empecé a deambular por ahí, recorrí gran parte de la ciudad, que increíble era esto de volar, me imaginaba volando por ahí descansando entre los árboles para seguir al día siguiente, hasta el fin del mundo…
Linu
February 20, 2010 at 12:32 amI don’t know why, but I like this very much…